jueves, 15 de julio de 2010

MUJER QUE NO JODE..... ES HOMBRE

No hay nada más castrante para un buen macho que tener que tener que estar escuchando las quejas de su mujer las 24 horas del día: "Haz esto, haz el otro". "¿Por qué chingados no has hecho nada?". En cuanto superamos la etapa de "odio a las niñas", por ahí de los 11 años, y empezamos a sentirnos atraídos por ellas, nos pasamos la vida tratando de satisfacerlas, primero por un mendigo beso; luego, haciendo hasta lo imposible por tenerlas felices con tal de que accedan a empiernarse con nosotros. Nobles como somos -porque hasta el más cabrón, una vez enamorado, habla como nena-, creemos que una vez que la tengamos contenta nos va a aflojar y, con eso, se calmarán las aguas. Temo decirles que eso es completamente falso. Las mujeres nunca estarán satisfechas. En su naturaleza está el querer más, y si no me creen, recuerden la última vez que obtuvieron un aumento: su primera reacción fue de júbilo, cogieron (follaron, tuvieron sexo) toda la noche, te alimentó de "no mames" durante un tiempo y todo era sonrisas. Sin embargo, un par de meses después te comenzó a chingar con el típico "Ya no me alcanza para nada", "yo pensé que me había casado con un chingón". Y, en otros aspectos, la historia se repite: Si te pide que después de mear dejes la tapa del baño abajo, y lo haces, al ratito ya te está fregando con que el water está salpicado y debes limpiarlo; si un día se te ocurrió sorprenderla con un a rica cena en casa, la próxima vez que lo hagas te exigirá que también laves los platos; si te pide prestado el coche, al rato y sin darte cuenta andas diario a patín, si cometiste el error de llegar temprano después de ir a chelear con los cuates, no podrás volver a llegar tarde. Ya expuesto mi punto de vista, a todos aquellos valientes que ya se animaron a casarse o arrejuntarse con una vieja, les tengo malas noticias: dejen de hacerse chaquetas mentales y mejor háganselas físicamente, así como tu nunca dejarás de beber por más que se lo hayas prometido, ella jamás va a dejar de chingarte. Colegas, los hombre estamos obligados a entender que el precio de tener una nalguita esperando en casa es muy alto; por sexo y dormir calientito, no volverás a sentir paz hasta que estés más frío que un homosexual en un table. En pocas palabras, ellas, como nosotros, tampoco van a cambiar. Resignémonos y aceptemos que el título de esta columna es cierto, afrontemos como hombres el hecho de que así tendremos que vivir el resto de nuestras vidas, y no olvidemos que el camino al sexo está lleno de baches.

"MARCO X" REVISTA "H" PARA HOMBRES #117 FEBRERO 2009. POR CIERTO EN LA PORTADA ESTA LA MAMIRIQUIS DE DORISMAR¡